El Centro de Arte Contemporáneo, ubicado en el barrio de San Juan, inicia su historia en 1900.

Bajo la orden de Eloy Alfaro fue construido a inicios del siglo XX, primero por Francisco Schmidt quien en el proceso fallece y los hermanos Durini – Francisco y Lorenzo – arquitectos,  se encargan de la construcción así como de varios lugares de la ciudad entre ellos el Monumento a los Héroes del 10 de Agosto de 1809 y el cerramiento y jardinería de la Plaza Grande.

 

La Junta de Beneficiencia Olmedo de Guayaquil financia la construcción del Sanatorio Vicente Rocafuerte para enfermos mentales. En aquellos años las enfermedades mentales debido a la falta de conocimientos podían ser desde una fiebre amarilla hasta ser meretriz, según José Jiménez, mediador del CAC.

 

La estructura arquitectónica del lugar la hicieron a manera de panóptico con el fin de vigilar y controlar toda el área. 

 

Más adelante se usa como cuartel de ingenieros de la Armada. Así los militares comienzan a hacer uso de este espacio.

En el año de 1932 el presidente, peruano, Neptalí Bonifaz, fue descalificado por el Congreso. Varios soldados y obreros quiteños, a favor de Bonifaz, se sublevaron contra el Gobierno. El 28 de agosto se inicia la Guerra de los Cuatro Días  y uno de los edificios más afectados fue el Hospital Militar debido a que se uso como frente.

 

Dentro del hospital, al ser militar, se da preferencia al personal uniformado. Las personas que tenían menos poder adquisitivo son enviadas a los pabellones, donde deben compartir habitación. Había literas de 3 pisos que albergaban a los enfermos, quienes fueron destinados bajo el cuidado de las monjitas carmelitas. Los otros pabellones eran para los médicos, enfermeras y monjitas, es decir, el personal que atendía dentro del hospital.

 

José Jiménez explica que los enfermos que morían se quedaban en el hospital y que los moradores en las noches dicen escuchar los gritos de todos aquellos enfermos que pasaron por ahí.

 

Los militares abandonan el lugar para trasladarse al barrio “El Dorado” donde  actualmente está el Hospital Militar. Con este traslado el lugar pasa a ser una bodega durante aprox. 20 años en los cuales gente de toda clase fue ocupando espacios. José Jiménez relata que había mecánicas, panaderías, talleres de arte y hasta casas. Los moradores del barrio comienzan a culpar de la inseguridad y violencia al lugar por ser el escondite predilecto de ladrones y mendigos.

 

El municipio decide recuperar el espacio y construir una cárcel por su estructura de panóptico, pero el barrio realiza una protesta y varios pedidos para que al espacio se le dé un uso más comunitario y cultural. Luego de este pedido se decide construir un centro de arte contemporáneo.

El primer centro de arte contemporáneo en Quito era una plataforma digital pero en 2008 la construcción de este lugar habilita un espacio físico para que el arte y la cultura converjan en un mismo espacio. Hay varios espacios dentro del CAC que no se han restaurado y se mantienen como patrimonio para preservar la historia de esta ciudad.